Otro autobus de noche de 10 horas y llegamos a Sucre temprano por la mañana. Encontramos un hostal, nos echamos una siesta y en un par de horas ya estabamos explorando la ciudad. Una ciudad grande pero mucho más limpia que Santa Cruz y las calles y el comercio estaban organizados más como ciudades europeas. Caminamos un poco buscando cosas que hacer. Encontramos su mercado local, que me recordó del mercadillo en Pamplona dónde solemos comprar quesos y aceitunas. Este mercado un poco más grande y un poco más caótico, al estilo latinoamericano. Tenía los puestos típicos: carne, frutas y verduras, pasteles, flores. Y en la planta superior tenía su estilo de "comida rápida", en otras palabras mujeres habían preparado comidas y las vendían directamente de sus cazuelas.
agobiante |
comida rápida |
Por la noche encontramos un show-cena llamado "Orígenes de Bolivia", un espectáculo de bailes de las distintas tribus indígenas de Bolivia. Unos bailes sensuales y otros personificando los espíritus que creían existir en la naturaleza. Muy interesante y bonito. Me alegro de haberlo empujado porque mis otras dos compañeras de viaje tenían pensado ir en tour para ver huellas de dinosaurio.. no se como decirte..
Al día siguiente no encontramos mucho que hacer. Por la mañana fuimos al Museo de Textiles Indígenas. Fue interesante aprender de los seis grupos indígenas y las distintas formas que usaban para diseñar su ropa. Además había una señora sentada creando unos de esos telones, de los hilos poco a poco creando diseños increibles. Que paciencia de verdad. Es impresionante como pueden visualizar las figuras que quieren crear, donde va a quedar cada hilo y cada color.
Pues ya llegamos al final de nuestra semana de vacaciones. Otras 16 horas en autobus de Sucre a Santa Cruz, donde nos espera más calor y más trabajo.