27 February 2011

Última parada: Sucre


Otro autobus de noche de 10 horas y llegamos a Sucre temprano por la mañana. Encontramos un hostal, nos echamos una siesta y en un par de horas ya estabamos explorando la ciudad. Una ciudad grande pero mucho más limpia que Santa Cruz y las calles y el comercio estaban organizados más como ciudades europeas. Caminamos un poco buscando cosas que hacer. Encontramos su mercado local, que me recordó del mercadillo en Pamplona dónde solemos comprar quesos y aceitunas. Este mercado un poco más grande y un poco más caótico, al estilo latinoamericano. Tenía los puestos típicos: carne, frutas y verduras, pasteles, flores. Y en la planta superior tenía su estilo de "comida rápida", en otras palabras mujeres habían preparado comidas y las vendían directamente de sus cazuelas.
agobiante 
comida rápida


Por la noche encontramos un show-cena llamado "Orígenes de Bolivia", un espectáculo de bailes de las distintas tribus indígenas de Bolivia. Unos bailes sensuales y otros personificando los espíritus que creían existir en la naturaleza. Muy interesante y bonito. Me alegro de haberlo empujado porque mis otras dos compañeras de viaje tenían pensado ir en tour para ver huellas de dinosaurio.. no se como decirte..


Al día siguiente no encontramos mucho que hacer. Por la mañana fuimos al Museo de Textiles Indígenas. Fue interesante aprender de los seis grupos indígenas y las distintas formas que usaban para diseñar su ropa. Además había una señora sentada creando unos de esos telones, de los hilos poco a poco creando diseños increibles. Que paciencia de verdad. Es impresionante como pueden visualizar las figuras que quieren crear, donde va a quedar cada hilo y cada color.

Lo único emocionante por la tarde fue que por un segundo pensé que por fin había encontrado un pastel decente, o que por lo menos lo podría comparar a las delicias que he comido en España. Encontré en la calle a una señora que estaba vendiendo panecitos con crema pastelera. Tenían buena pinta, pero en cuanto le hinqué los dientes, mi alegría desapareció, siendo reemplazada con decepción. Seguiré buscando...

Pues ya llegamos al final de nuestra semana de vacaciones. Otras 16 horas en autobus de Sucre a Santa Cruz, donde nos espera más calor y más trabajo.

Valle de las rocas


muchísimas llamas!
me encantan!

Día 2 del tour. Nos levantamos prontito, a las 6 para salir hacia las 7:30. Un desayuno sencillo de tostadas con mermelada y un café horrible. La primera parada del día fue el Valle de las Rocas. Y otra vez, me quedé completamente anonadada. Unas formaciones increibles y enormes creadas despues de años interminables por las simples fuerzas de la naturaleza. Increible ni lo describe bien.


Alice y yo, pequeñitas
Pero antes de lo esperado, nuestra mañana maravillosa (y a consecuencia el resto de nuestro tour) fue arruinada por uno de las otras tres personas que iban en el tour con nosotras. Mientras todos ibamos escalando las rocas un poquito y con mucho cuidado, nuestro amiguito inglés John se pasó. No uso mucho el sentido común y terminó cayéndose de unas de las rocas de unos 10 metros de altura. Una de las cosas más horrorosas que he visto hasta hoy. Mientras caía todos creíamos que iba a terminar muerto. Los guías estaban convencidos de que sólo fue un 'golpe malo', que los moratones se irían con un par de días de descanso. Le llevaron a un "hospital" en otro pueblecito en la mitad de nada, menos hospital y más clínica de primeros auxilios, dónde creían que sería adecuado dejarle allí y mandar a un coche que viesemos por el camino que lo fuese a recoger. Las tres no nos fiabamos. Decidimos dejar el tour y asegurarnos de que John recibiría cuidado médico adecuado lo más pronto posible. No es por nada pero yo sí que no estaba nada contenta. Tienes que ser egoísta y estúpido estar escalando rocas así cuando el resto del viaje lo haces con otras cinco personas. Pero con la situación existente hubiese sido imposible disfrutar del resto del viaje aunque lo quisiera.

Volvimos a Uyuni y le llevamos al hospital. Con un rayos-x vimos que se había fracturado el pelvis en dos sitios. El tío no llevaba ni un duro, y como en Bolivia no se hace nada sin pagar en adelanto, entre los cinco repartimos el costo de los medicamentos y la radiografía. Gracias a Dios John tuvo el sentido de tener seguro para viajeros y después de ponernos en contacto con su seguro en Inglaterra, le resladaron a un hospital en La Paz.

Y eso que estas vacaciones eran para alejarnos completamente de pacientes y hospitales... pero así va la vida. Después de este día largo, nos largamos de Uyuni de vuelta a Sucre, la capital de Bolivia, para intentar gozar de nuestros últimos dos días.

Uyuni y El Salar

Uyuni es un pueblecito en la mitad de nada, donde no hay mucho que hacer. Pero es de allí donde comenzó nuestro tour de 3 días/2 noches que pasaba por El Salar, varias lagunas, geisers y aguas termales, además de poder ver varios animalitos como llamas y flamencos. Los guías eran un matrimonio, el conductor Gregorio y la cocinera Doram, que nos llevaban los tres días en un 4x4, comida y hostales incluidos.

 
Colchane
Justo al lado del Salar esta el pueblo de Colchane, donde hay unas 60-70 familias que viven de la exportación de sal, la crianza de llamas y la cosecha de quinoa (un tipo de grano que tiene mucha proteína). Allí pasamos por la fábrica donde purifican la sal que sacan del Salar; y con "fábrica" quiero decir la parte de atrás de la casa del hombre que la purifica. La recogen, la secan, la mezclan con iodo y la enbolsan, para venderla solamente por 6 Bs el kilo (menos de 2 euro/$3).
en la fábrica de sal
Por fin llegamos a El Salar, unos 12.000 kilómetros cuadrados de sal. No vale la pena ni describirlo, sin más hace falta ver fotos para ver lo increible que es. Al ser la temporada de lluvia, todo estaba cubierto completamente de agua, produciendo un espejo que reflejaba todo. Alucinante. No se podía distinguir entre el cielo y el agua.


montoncitos de sal

haciendo el tonto =]
Luego por la tarde pasamos por el Cementerio de Trenes. Eran unos trenes que funcionaban con agua y carbón de piedra que desde 1952 no se usaban y los habían dejado tirados en la mitad del desierto. En cualquier otro país más desarrollado, se hubiesen desechos de los trenes inútiles, pero en Bolivia allí siguen.
cementerio de trenes
Después de esta parada y unas cuantas horas más en coche llegamos al primer hostal. Estaba ubicado en un pueblo abandonado. No había ningun contacto de ningun tipo con nadie de afuera. Pero en una casita al lado del hostal vivía una familia, con dos niños pequeños. Que vida...
en una parada antes de llegar al hostal
paisaje alrededor del hostal
 

Primera parada: Potosí

En algun punto durante el viaje
Salimos de Santa Cruz por la tarde en un autobus. Una pena que hicimos el viaje de noche porque nos perdimos unas vistas impresionantes de las montañas. El camino, claro, no fue muy directo, ya que esta zona es muy montañosa. Y además no tuvimos el lujo de ir por carretera de asfalto, sino por caminitos de barro y rocas sin protección ninguna de las caidas por los precipicios, al que muchas veces nos acercamos demasiado para mi gusto. Al ser una de las únicas despiertas a las 3 de la mañana, me sentí obligada a rezar un poquito. Pero, después de unas 20 horas largas en un par de autobuses incómodos y llenos de gente que aparentemente nunca habían oído del higiene personal (y que por alguna razón les gustaba mantener las ventanas cerradas), por fin llegamos a Potosí, la ciudad más alta del mundo, a unos 4.100 metros de altura por encima del nivel del mar.

Unos de los muchos pueblecitos que pasamos

El primer día en Potosí no hicimos mucho. Visitamos un par de catedrales y luego encontramos el restaurante San Carlos donde compartimos un par de platos de llama. 

Catedral y Cerro Rico al fondo
Al día siguiente primero fuimos en un tour de las Minas Cooperativas. En el Cerro Rico, la montaña donde encontraron plata en el siglo XIX y por eso fundaron la ciudad de Potosí, siguen trabajando unos 10.000 mineros, cada individuo o grupo trabajando por si mismo, contando con la suerte para encontrar suficientes minerales para cubrir sus gastos. Por dentro de la mina, cada tunel parecía que podría colapsar en cualquier instante, no porque parecía inestable, pero porque sin soportes aguantando 'el techo' no me fiaba mucho.  En la mayoría de los tuneles principales hacía fresquito pero al adentrarse más a los tuneles donde trabajaban los mineros, la temperatura se acercaba más a los 35 C. Y con los trajes plasticosos que nos habian puesto, aun más dificil se hizo soportar el calor. Un trabajo muy duro y humilde el de los mineros. De 9 a 6 trabajando todos los días en esas condiciones sin saber de seguro que encontrarían minerales.


vista de Potosí desde la entrada a la mina, a unos 4.300 metros

La guía también nos enseñó el dios de la mina, quien se llama Jorge y al que hacen ofrendas cada viernes. Esta tradición comenzó en el periodo colonial cuando los españoles tenían esclavizados a los indígenas, forzándoles a trabajar dentro de la mina en turnos de 6 meses sin salir. Entonces los españoles les dieron un dios al que rezar para mantenerles sanos.

el Dios Jorge
Por la tarde pasamos por La Casa Nacional de Moneda, un edificio que existe desde 1572. Antes servía para fabricar monedas y ahora de museo. Después del tour salimos corriendo hacia la terminal de autobuses para salir esa noche hacia Uyuni. 

Mis primeras vacaciones!

Neelum, Alice, and I

Acabo de volver de una semana entera de vacaciones. Alice, Neelum (una estudiante de medicina que vino para el mes de febrero) y yo decidimos visitar un par de sitios: Potosí, Uyuni y El Salar en un tour de tres días y dos noches y Sucre. Fue una semana muy interesante. No fue una semana perfecta pero sí pude disfrutar de vistas y lugares espectaculares. En los siguientes blogs explicaré bien, con fotos y más detalles, lo que hicimos en cada ciudad.

10 February 2011

Una tarde en Buena Vista

El miércoles atendimos a un total de .... 1 paciente! Llovió sin parar la noche anterior y hasta se nos hizo dificil a nosotros pasar por el barrizal hacia la clínica. Entonces decidimos ir al pueblecito cercano de Buena Vista a pasar un par de horas en vez de aburrirnos.
la plaza principal de Buena Vista
paseando por el pueblo  

un mercadito

otra de la plaza
unas casitas y las montañas en el horizonte
"La ventita de Elena"

09 February 2011

Valeri, una paciente especial

No quiero decir que un paciente es mas importante que cualquier otro que aparece en la clínica, pero a veces después de varias consultas en Santa Cruz con los pocos pacientes que lo necesitan, empiezas a acordarte de sus nombres, de sus familias, de sus vidas personales. Ocurre una transformación; pasan de ser pacientes a ser personas, individuos. Una de las primeras chicas que conocí así fue Valeri Gonzalez Dominguez.

Escribí un artículo para la página web de la clínica. Cuatro veces al año, los coordinadores escriben de las novedades de esa temporada, de pacientes nuevos, de cualquier cosa relacionada con la clínica. Aquí esta el link para la página si te interesa::: Centro Médico Humberto Parra Newsletter. Esta en inglés pero bueno, hay un par de fotos también. Y aquí esta el artículo que escribí yo de Valeri, traducido claro.

----Valeri Gonzalez Dominguez, una chica de 11 años del pueblecito cercano de Buena Vista, es una de las primeras pacientes que conocí y con la que he pasado bastante tiempo en el Hospital Japonés en Santa Cruz visitando especialistas. Valeri había pasado por la clínica mucho antes de mi llegada, principalmente por síntomas de "bichos" pero de vez en cuando se quejaba de dolor en la espalda, una queja que parece que fue ignorada. Este enero, le atendió una pediatra estadounidense, quien inmediatamente vió la escoliosis. Su espina vertebral tenía una curva enorme, de mas de 30 grados de su posición normal! Para mi, hasta sin conocimientos médicos, era obvio que se necesitaba hacer algo enseguida.

La primera vez que conocí a ella y a su familia fue en el Hospital Japonés. Antes de esa mañana nunca la habia visto, pero lo que primero me cogió la atención fue su sonrisa enorme, de oreja a oreja. La seguían su madre y dos hermanos. Esa mañana, junto a todas las consiguientes mañanas de consultas, parecía gustarle estar en compañía mía y de Alice. Durante las largas esperas en el hospital, siempre le preguntaba "Como estas? Aburrida?" pero me respondía, en su voz tímida, "No. Bien." Valeri nunca se quejaba de las horas interminables en la sala de espera. Pasaba el tiempo jugando con mi pelo, tarareando en voz baja, o incordiando a sus hermanos.

Estas últimas dos semanas han sido muy frustrantes. Algunos médicos parecían no darse cuenta de la escoliosis. Otros proponían que el dolor era muscular, tratándolo simplemente con ibuprofeno. Pero la curva de su columna es tan grande que sin mas estando de pie le causa dolor. Al ser joven, todavia se podría corregir sin cirugía, pero cuanto antes posible mejor. Después de ir de doctor en doctor, creo que por fin hemos llegado a la última consulta, con el Dr. Crespo, un cirujano torácico en el Hospital Japonés. Estas próximas semanas, el futuro de Valeri será mas claro y esperemos que un poco menos doloroso.

Aun después de que le consigamos todo el cuidado médico que necesite y ya no requiera la ayuda de la fundación, nunca me olvidaré de todas las veces que nos despedíamos después de una larga mañana en Japonés. Yo siempre le decía "Hasta luego!", ella me decía "Ciao!", seguido por un beso mojadito en la mejilla, y luego se iba corriendo para alcanzar al resto de su familia.----

Sé muy bien que Valeri no será la última paciente que conoceré y después de encontrarle tratamiento probablemente nunca verla otra vez. Pero me hace sentir bien sabiendo que muchos no recibirían cuidado médico sin nuestra fundación. (Ya pondré una foto suya cuando pueda. Esa una chica maja =])

01 February 2011

La cucaracha, la cucaracha! Ya no puede caminar!



Sin duda la cantidad de diversos insectos con los que me he tropezado en la clínica y en la casa en Palacios son interminables. Son las típicas arañas, moscas, cienpies, gusanos, polillas y escarabajos, nada fuera de lo normal. Además de mogollones de mosquitos. Mato cientos de ellos cada día. Sí, cansa y da rabia pero nada molesta mas tener un montón de picotazos por todo el cuerpo y un zumbido constante del mosquito en el oído. Hasta el viernes pasado por la noche, eso de los insectos se intentaba dar la menos importancia posible. Pero esa noche, mi experiencia con los insectos fue insoportable. Nunca me han gustado mucho, pero las cucarachas es algo que no puedo soportar.

Eran las 9 de la tarde. Alice estaba escribiendo como siempre en su ordenador. Yo sin mas estaba sentada hacienda absolutamente nada, puesto que mi ordenador había decidido que era momento perfecto para estropearse esa misma mañana. Becky había ido hacia su cuarto cuando oímos un chillido. Normalmente cuando chicas e insectos viven juntitos en un mismo lugar, los chillidos son muchos ya que exageran cualquier situación. Pero en esta instancia, Becky nos llamó para que viniéramos rápido. Alice salió corriendo, pero yo me quedé más hacia atrás, sin muchas ganas de ver exactamente lo que estaba ocurriendo. Al dar la vuelta a la esquina hacia el pasillo de los cuartos, desde una distancia pude ver una cucaracha de unos 10 centimetros parada tranquilamente cerca de la pared bajo las miradas horrorizadas de Becky y Alice. No sentí la necesidad de acercarme más y volví a la cocina rápidamente. En seguida la cucaracha recibió la pena de muerte a base de botellazos, gracias a Alice, la única valiente.

La puñetera cucaracha me arruinó los planes de ir a pegarme una ducha e irme a la cama. Lo miedica que soy, no quería encontrarme con otra. Solamente verle me había traumatizado completamente. Pero, después de 20 minutos, me auto-convencí de que todo estaría bien. Fui de la cocina hasta el final del pasillo donde esta mi cuarto corriendo de puntillas y escaneando el suelo por si me tropezaba con otra para no pisarla. Entré en mi cuarto, nuestro santuario libre de mosquitoes, normalmente. Dí otro repaso rápido del suelo pero no ví nada. Al ir a coger todas mis cositas para ir a pegarme una ducha, ví un movimiento minúsculo, o me lo imaginé, encima de mi ordenador, colocada encima de mi cama al lado de mi almohada. Desgraciadamente, allí me estaba esperando otra cucaracha. Parecía que se habían reunido todas las cucarachas de Palacios y había concebido un plan para estropearme mi noche. Si no me equivoco, la cucaracha también me estaba sacando la lengua. Salí corriendo rumbo a la cocina para buscar a Becky y Alice. Después de otra sesión fotográfica con Mr. Cucaracha #2, Alice y Becky muy amablemente la soltaron en la hierba delante de la casa. No hace falta decir que la hubiese aniquilado pero para eso hubiese sido necesario acercase mucho.

Desgraciadamente, la aventura con nuestras amigas cucarachas no terminó ese viernes por la noche. Por lo visto, dos más querían volver con nosotros a Santa Cruz y se metieron en mi mochila con toda mi ropa. Esta vez fue Niko, nuestra “madre” en Santa Cruz, la afortunada de encontrarlas tumbadas felizmente en nuestro habitación. Ella sí que odia las cucarachas y sin contemplación las aplastó.

Hasta luego cucarachas! Espero no volverlas a ver (aunque según don Pepe suelen visitarnos de vez en cuando).