13 June 2011

El Cristo y nos despedimos

El Cristo en la distancia
Cuando visitas Cochabamba, es absolutamente necesario visitar El Cristo, localizado en la cima de una de las montañas que rodea la ciudad. Subimos a lo alto en teleférico. Una estatua preciosa pero la vista de la ciudad de esa altura fue aun más impresionante.

esperando al teleférico

super nerviosa de subida
pero era el teleférico o mas de 1.000 escaleras
 
Cochabamba


Y con eso se nos terminaron las vacaciones. Otras 12 horas en autobús de vuelta a Santa Cruz y de vuelta a Palacios a trabajar. Cochabamba definitivamente es mi ciudad preferida boliviana.

Sipe Sipe y las ruinas de Inkarakay


de ida en trufi
Otra excursión a otro pueblo cercano. Esta vez a Sipe Sipe. En las afueras del pueblo hay unas ruinas aymara, las ruinas Inkarakay, donde estos días los aymara celebran su año nuevo el 26 de junio. Empezamos nuestro día con la intención de encontrar las ruinas. Un par de trufis (taxi compartido donde meten a 12 personas como sardinas enlatadas en una furgoneta) y sólo 30 minutos después llegamos. En seguida vimos una plazita bonita, pero el resto del pueblo no fue muy vistoso. 
plaza principal de Sipe Sipe
mercado principal

calle principal alejándonos de la plaza
cuidado niña! y su madre no prestando atención

Menos mal que preguntamos a unos locales donde estaban las ruinas, porque la dirección no estaba señalada. Y hablando con varios descubrimos que estaba a 3 horas de caminata por las montañas, cuesta arriba. ¡Buff! Y con el sol que hacía al principio no me podía imaginar como íbamos a llegar. Pero nos pusimos a caminar. La vista al subir por el camino sí que era bonita. Sipe Sipe se veía en la llanura rodeada por una cordillera de montañas.
empezando nuestra caminata
vistas por el camino
casitas a lo largo del camino
por fin encontramos esta señal indicando la existencia de las ruinas, pero poco mas
sitio para ofrendas


¡Y que solazo! ¡No había ni un poquito de sombra! Bueno, por fin encontramos el único árbol y nos paramos un segundo.
Y otra vez a caminar. Hasta un señorito nos pasó. Iba a trote-cuto. Tambien nos iban pasando coches de subida.
El señor que nos pasó

Después de dos horas de caminar, sin ver fin a la caminata, nos paramos para ver por donde iba el último camión que nos pasó. Subía y subía y subía…. Al ver que subió a la cima de la montaña ajena, decidimos abandonar nuestra misión de llegar a las ruinas y dimos media vuelta volviendo hacia el pueblo.
hacia la cima se ve el camión blanco
Al tener mala experiencia la noche anterior, volvimos por otra cena exquisita en Tunari. Alek escogió lomo borracho y yo, por ser última cena, decidí repetir con el chorizo criollo.
una Taquiña, cerveza de Cochabamba, con la cena (para mi no, claro)
lomo borracho

La Angostura


Cerca de Cochabamba, hay varios parques nacionales y pueblos mas pequeños. El segundo día decidimos aventurar hacia una laguna artificial, La Angostura. En el guía decía que es sitio típico de fin de semana para los cochabambinos. Y que había pescado delicioso criado específicamente en la laguna. Esa es una de las cosas que mas echo de menos desde que llego aquí: comer pescado/mariscos.
vista desde el dique
ya a las 10 de la mañana ardía el sol
la laguna
las pocas casas/restaurantes en el area
Pensando que sería mas grande de las dos casa y un par de restaurantes que encontramos, fuimos muy temprano.  
ferrocarril abandonado


 

Por fin llegó la hora del almuerzo. Corrimos hambrientos hacia el primer sitio que nos pareció bueno (solo había dos de los que escoger…). Una vista bonita desde el final del restaurante flotante. Y el pescado… ¡DELICIOSO! aunque la verdad que era el pez con la cara mas fea que he tenido que ver mientras comía. Yo comí pacú (pez de río especial del Amazonas, criado a veces en lagunas) y Alek un pejerrey (pez de lago que principalmente proviene de Argentina pero el nuestro de esa misma laguna), también muy bueno. No solamente tuve que mirarle a la cara tan fea que tenía pero al final, ¡Alek se comió el ojo!
esperando nuestra comida en el restaurante flotante

mi pacú
feísimo.. NO?! asusta de verdad
Volvimos a Cochabamba para otra tarde de paseitos por la ciudad y por la noche decidimos probar un restaurante diferente, Casa de Campo. Y que decisión mas mala. El churrasco que pedimos ni se podía considerar churrasco, sólo era un filete de carne a lo bruto americano y además a mi me sirvieron medio viva la vaca. Bonito lugar pero malísima la comida.

antes de cenar paseando por El Prado
Mi fuente favorita en El Prado. La estatua en la mitad es de tres rostros que representa la diversidad cultural en Bolivia, unidos todos por una trenza que simboliza un destino común. Y muy bonita de noche.

Tercer y ultimo viaje: ¡A Cochabamba!


Mi último viaje durante mis seis meses en Bolivia. Alek y yo escogimos como destino a Cochabamba, una ciudad entre Santa Cruz y La Paz. Sin mas buscábamos unos cuantos días de ‘relax’. Y eso es exactamente con lo que nos encontramos. 
Primero lo de siempre, lo que ya os conocéis: autobús por la tarde, 12 horas de ida y por fin la llegada a la mañana siguiente. Y esta vez puedo decir que… ¡dormí! Me quedé frita en cuanto salimos de la estación de autobuses. Y gracias a mi cansancio, se me acortó mucho el viaje.



Primera impresión de la ciudad: maravillosamente bella. Bueno, por lo menos comparado con las otras ciudades bolivianas que he tenido el placer de haber visitado. Y además una ciudad muy facil de navegar. El primer día exploramos un poco. Nicky, una de las voluntarias en la clínica, había vivido en Cochabamba unos dos meses antes de venir a Santa Cruz; nos recomendó un par de sitios y por allí fuimos. El Mercado La Cancha, famoso sitio de la ciudad, no nos impresionó mucho. Nos pareció como cualquier otro mercado al aire libre en Bolivia. Pero las plazas preciosas. No como Santa Cruz, podías ver parquecitos y rotondas con flores. Se notaba un poco mas de interés en el ‘look’ de la ciudad.
¡NO TOQUE BOCINA!

una de las muchas plazas
los micros coloridos de la ciudad
catedral en la plaza principal
Cochabamba
Para almorzar encontramos un restaurante cochabambino, nuestro descubrimiento favorito: el restaurante Tunari (mismo nombre que la cordillera que rodea la ciudad). Allí encontramos el mejor chorizo que he comido: chorizo criollo. Y mi plato para la cena, que tampoco estaba nada malo: sillpancho (carne de lomo de vaca, dos huevos encima, arroz y patatas fritas debajo).
chorizo criollo
sillpancho

Y devuelta a Tunari para probar el famoso pique macho de Cochabamba, platazo completo con pollo frito, ubre, chorizo parrillero argentino, morcilla, carne de vaca, carne de chancho (cerdo) y chorizo criollo. Todo por encima de patatas fritas. Mmm mmm.
¡Pique Macho!
El Prado de noche